En febrero de 1848, de paso por Santa Fe aseguraron haber perdido sus documentos y lograron obtener pasaportes falsos a nombre de Valentina Desan y Máximo Brandier. Luego se instalaron en Goya, Corrientes, donde se desempeñron como maestros. La huida por amor del sacerdote tucumano y la joven de familia aristocrática que terminó en tragedia durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. El por qué de la decisión de condenarlos a muerte, que a ella la convirtió en la primera mujer fusilada en Argentina. Y las dudas sobre el destino de los cadáveres. Por Ángel Chollet



















