Una sequía histórica ha desencadenado una serie de incendios forestales en la provincia, obligando a decenas de personas a evacuar sus hogares. Los bomberos trabajan sin cesar para controlar los focos ígneos y evitar mayores daños.
Con tres principales focos ígneos en las localidades de La Cruz, Solari y Mantilla, varias dotaciones de bomberos, brigadistas y personal de Defensa Civil trabajaron incansablemente durante los últimos días y lograron controlar las llamas. Sin embargo, las altas temperaturas y la posibilidad de cambios en la dirección del viento obligan a realizar un monitoreo permanente.
"El foco de Solari se declaró controlado, aunque se mantiene la guardia de cenizas. Los equipos se mantienen activos en la zona por las dudas", señaló Bruno Lovinson, subdirector de Defensa Civil de la provincia.
Además agregó que "en Perugorría quedó un foco menor, que se sigue combatiendo en Aguaí Grande, donde están las brigadas de incendios pero también van a reforzar los medios aéreos".
En La Cruz, en la zona de Loma Alta, existen "otros focos activos pero circunscriptos" y "se trabaja con sistema de cortafuegos y quedó apostada una dotación mínima de guardia".
A los tres puntos más severos, se sumó en las últimas horas un incendio en Riachuelo, donde se vieron afectadas unas 50 hectáreas y en las que trabajan bomberos y brigadistas.
Desde el gobierno provincial solicitaron colaboración a la población para lograr atacar cualquier foco que se despierte: "Si ves fuego o una columna de humo, denúncialo".