El caso de Maximiliano Aquino, un estudiante de Agronomía cuya vida fue truncada en un acto de violencia sin sentido, ha sido el foco de una de las mayores vergüenzas en la historia judicial correntina. Un crimen atroz quedó impune, mientras un inocente sufrió ocho años de prisión por un hecho que no cometió. La investigación policial y judicial, marcada por irregularidades y falta de rigor, desencadenó en una injusticia monumental.
El trágico suceso se remonta a la madrugada del 1 de agosto de 2015, cuando Maximiliano Aquino, de 21 años, fue brutalmente asesinado en un intento de robo mientras regresaba de una peña en el club Regatas. El estudiante, con un futuro prometedor en el campo, fue apuñalado en un acto de violencia que conmocionó a toda la comunidad.
Juan José Andrés "Josele" Altamirano fue injustamente señalado como el responsable del crimen, a pesar de las numerosas irregularidades en el proceso judicial. Condenado a 22 años de prisión por un hecho que no cometió, "Josele" finalmente fue absuelto tras una larga batalla legal que culminó con la intervención de la Corte Suprema de Justicia en 2023.
El Superior Tribunal de Justicia de Corrientes emitió recientemente su veredicto, absolviendo a "Josele" y cerrando así un capítulo oscuro en la historia de la justicia correntina. A pesar de la absolución, la impunidad del asesinato de Maximiliano Aquino persiste, dejando un vacío en la búsqueda de justicia y la memoria de "Maxi", quien aún no ha encontrado la paz que merece.