Desde México, el realizador Benjamín Delgado relató la premiere mundial del documental que detalla la relación del hombre y los habitantes del río. Adelantate y empezá a vivir la Fiesta del Surubí a través del link: https://vimeo.com/636440287
Con mayo muy cerca y la Fiesta Nacional del Surubí a la vuelta de la esquina, la expectativa por lo que vendrá crece. Crece para los pescadores, que sueñan con la vuelta a un evento hermoso y único en el planeta. Crece para los organizadores, porque retornar después de un par de años no es fácil. Crece para el público en general y en particular para el goyano, que volverá a recibir a tantos visitantes que le dan un marco especial a la ciudad. La pandemia primero y la seca después amenazaron a las especies y al evento, pero hoy el renacer también se da a orillas del riacho, que sueña con que alguna vez también regrese ese tránsito incalculable. Trae el río a los que están esperando con sus equipos para salir a hacer suyas las aguas, buscando quedarse con el premio mayor.
¿Pero cómo es la vida de quién pesca? ¿Cómo se vive en realidad este certamen que hace tiempo dejó de ser solo para expertos, ya que suma atractivos múltiples siempre?
Eso quizás se preguntó hace no tantos años el joven cineasta Benjamín Delgado, un goyano de pura cepa que se amigó con las cámaras y el mundo audiovisual desde muy pequeño, porque en casa abundaban las cámaras y las siestas en Goya solían ser su oportunidad para salir a jugar distinto: entre tomas, registros y sueños, se fue fortaleciendo en él una idea audiovisual.
Delgado por estas horas se encuentra en México, ilusionado con el estreno mundial de Reflejo de un pescador, la película-documental en la que, acompañado por Lucía Cavallotti, narra en primera persona lo que significa esta manera tan particular de relación entre el hombre y los habitantes del río.
"Este proyecto surgió en agosto de 2014, a partir del llamado de un amigo: Juan Pablo Paloma Martínez. Yo me encontraba en la ciudad de San Juan y él me llamó para contarme que al año siguiente se venía la edición Nº 40 de la Fiesta Nacional del Surubí. Mientras hablábamos, coincidíamos en que no era posible que no hubiese algún registro cinematográfico de tan tremendo evento. Este llamado me cayó como anillo al dedo, ya que hacía varios años que venía pensando en hacer un documental relacionado con el evento. Y como goyano, la Fiesta Nacional del Surubí tiene una importancia singular en mí. A mi regreso a Buenos Aires, me junté con mi amiga, socia, directora y guionista Lucía Cavallotti. Le comenté de esta posibilidad y juntos nos embarcamos en esta apasionante locura de filmar una película. Comenzamos a desarrollar un proyecto y a buscar financiación".
Reflejar lo nuestro
Cuenta Benjamín que nada fue fácil, porque la manera que eligieron para encarar el proyecto les impedía contar con recursos provenientes de sponsors. Igualmente se largaron a la aventura. Como quien va al río con la certeza de que algo pescará. "Mi amigo Paloma Martínez nos armó un casting de pescadores y se presentaron varios, incluso nos costó bastante elegir a uno. Todos eran muy buenos, pero cada uno con un perfil particular.
Elegimos a Tulio Mochi, seguimos con la planificación del proyecto y dimos inicio al rodaje.
Tulio confió en nosotros y nos abrió a su vida. Tuvo el papel más activo e importante en este proyecto: nos centramos en contar su historia y él nos ayudó a concretarlo. Y allí, todo comenzó a convertirse en realidad".
Dar vida a una idea
"El proyecto comenzó bien chiquitito, con nuestras ganas y el apoyo de una infinidad de amigos, familias, gente y empresas que se fueron sumando. Poco a poco fuimos recibiendo ayuda de sectores institucionales estatales y más y más gente. El proyecto fue declarado de interés por el Instituto de Cultura de la Provincia de Corrientes, el Ministerio de Turismo de la Provincia y la Cámara de Diputados de la Nación. Recibió el apoyo del Ministerio de Trabajo de Corrientes, de la Municipalidad de Goya y de varias de sus Secretarías, de la Comupe, y la ayuda y el patrocinio de más de 30 empresas y profesionales del medio", dice Delgado, quien recuerda que pasaron por muchísimas etapas. Momentos de los buenos y de los malos, hasta poder consolidar lo que hoy es.
"Es que, al ser un proyecto independiente que fuimos financiando Lucía y yo, los tiempos de todos se fueron dilatando mientras juntábamos el dinero para cada etapa del proyecto. El rodaje nos llevó varios años porque el evento es muy grande y suceden muchas cosas a la vez.
Viajamos a Goya unas siete veces a filmar, entre abril de 2015 y abril de 2019. Del equipo técnico, el 90 por ciento de las veces siempre fuimos solo nosotros: Tulio Mochi, Matías Segovia, Lucía Cavallotti y yo. Es enorme la lista de personas que creyeron en nosotros y en el proyecto. Las puertas se nos fueron abriendo y cerrando a la vez, pero siempre seguimos adelante. Sabíamos lo que queríamos y no íbamos a parar hasta conseguirlo".
Por estas horas, el documental de Benjamín está teniendo su estreno mundial en el festival de cine Bafici, y desde allí saldrá al resto del planeta a captar la atención de especialistas que verán -a través de la mirada de Delgado- cómo es una vida "pescada". Mientras eso ocurre, el director de 39 años se desempeña como director de Fotografía en la ciudad de México, donde hoy reside. Y trabaja fuerte en su segunda película, la cual comenzó a gestarse allá por el 2014.
"Hasta hace unos 9 años atrás, mi sueño era hacer una película. Y mi gran desafío era poder hacerla y tenerla hecha y terminada, ni más ni menos. Hoy día, tengo un nuevo sueño y es poder hacer mi segunda película y en eso estoy, en eso ando".
Dirigir y filmar la vida
Anda este joven apasionado por las imágenes y por la vida, del mismo modo en que supo andar durante las eternas siestas goyanas
Es que, como él mismo dice, "sigo practicando, jugando con rollos analógicos, registrando momentos, experimentando estéticas y nuevas formas y técnicas. No lo tengo bien claro, pero entiendo que hacer esto me ha gustado desde pequeño y desde que comprendí la fuerza y el poder de esta herramienta, me quedé cautivado por ella".
Atrapado por el mundo audiovisual, así parece estar Benjamín Delgado. Igual que un surubí cuando llega a manos del pescador. Cuando después de batallar se entrega por unos instantes.
Y vuelve al río. En búsqueda de nuevas aguas que le resulten tan atractivas y apasionantes, como las de un riacho.
Ese que ahora se propone mostrarse en cada rincón del planeta por obra y gracia del Reflejo de un pescador.