El expresidente Néstor Kirchner falleció un 27 de octubre de 2010, como consecuencia de una afección cardiovascular cuando se encontraba en El Calafate, Santa Cruz. El deceso del dirigente peronista abríó una nueva etapa en el proceso político exitoso que Argentina había iniciado desde mayo del año 2003
Kirchner es reconocido como el hombre que recuperó el valor de la política como herramienta de transformación en un país que intentaba recuperarse de la profunda crisis que estalló en 2001 tras una década de recetas neoliberales.

En septiembre de 1974, Néstor conoce a Cristina Fernández, y tras seis meses de noviazgo, la pareja se casa por Civil en La Plata, en una ceremonia muy austera a la que asistieron algunos familiares. Eran los tiempos en los cuales la banda parapolicial de la Triple A cometía sus primeros crímenes y varios compañeros de militancia del joven matrimonio figuraron entre las primeras víctimas de esta organización ultraderechista.
Muchos compañeros de Néstor y Cristina pasaron a la clandestinidad, pero ellos permanecieron en la superficie, aunque ello no los dejó al margen de las persecuciones y el clima de represión que se vivía antes del golpe de 1976. Ambos fueron detenidos en varias oportunidades y tras recibirse Kirchner de abogado en 1976, se radican en Santa Cruz como una manera de preservarse frente al terrorismo de Estado de la dictadura cívico militar. Durante el régimen de facto, se puso al frente de un estudio de abogados en Río Gallegos y en 1983 volvió a la actividad política en las filas del peronismo, al fundar el Ateneo Juan José Valle. Con la recuperación democrática, integró la administración del gobernador santacruceño Arturo Puricelli, y en 1987 se consagró intendente de Río Gallegos. Cuatro años después ganó las elecciones a gobernador y debió hacer frente a una dura situación financiera que pudo sortear al cobrar la provincia las deudas por regalías petroleras de parte del Estado Nacional. No obstante, en la segunda mitad de los años '90, Kirchner se convirtió en un claro opositor al presidente Carlos Saúl Menem desde el propio peronismo.
Encabezó varios reclamos por la coparticipación federal contra el Gobierno Nacional y se opuso a los intentos de Menem por lograr una interpretación forzada del texto constitucional reformado en 1994 que le posibilitara presentarse a un tercer mandato.
Por esos días, asumía como gobernador de Santa Cruz por tercera vez consecutiva y constituía el grupo Calafate, un espacio de reflexión política que se constituyó en el germen de lo que años más tarde sería el kirchnerismo.
Mientras la crisis económica se aceleraba, Kirchner intentaba perfilarse como un referente opositor al gobierno que rechazaba los lineamientos de Domingo Felipe Cavallo, que de la mano de De La Rúa cumplía su segunda gestión como ministro de Economía.
Tras la crisis de diciembre de 2001; la renuncia de De La Rúa y la sucesión de cinco presidentes en 10 días, Duhalde llegó a la presidencia a principios de 2002 en medio de un fuerte incremento de la desocupación y con el país en cesación de pagos.
Debido a las repercusiones que provocó la Masacre del Puente Pueyrredón, Duhalde, que debía terminar su mandato en diciembre de 2003, llamó a elecciones anticipadas para entregar el poder en mayo de ese año.
Tras algunos cabildeos, el caudillo de Lomas de Zamora respaldó la candidatura de Kirchner en una elecciones que se llevaron a cabo el 27 de abril.
En la primera vuelta de esa compulsa, Menem ganó con el 25 por ciento de los votos y Kirchner obtuvo el 22, pero al desistir el riojano de presentarse en una segunda vuelta, el patagónico se consagró ganador y asumió el 25 de mayo.
Al llegar a la Casa Rosada, Kirchner tenía más desocupados que votos, sin embargo se preocupó desde un primer momento en acumular capital político y la relación que estableció con las organizaciones sociales resultó vital para oxigenar su gobierno en los primeros meses de gestión.

Negociar una quita para la deuda que Argentina había dejado de pagar en 2001; propiciar el cambio de la Corte Suprema e impulsar la anulación de las leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los Indultos de Menem fueron los ejes de los primeros meses de gobierno.
El gobierno de Kirchner logró, en 2005, un primer canje de la deuda en el que entraron el 76 por ciento de los acreedores privados y al cancelar las obligaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), alcanzó un superávit fiscal e incrementó las reservas monetarias del país.
En las elecciones legislativas de ese año rompió la alianza que mantenía con Duhalde, y obtuvo un categórico respaldo en las urnas.
El alejamiento de Roberto Lavagna, ministro de Economía de Duhalde que negoció el canje de la deuda, no le impidió al país mantener una tasa de crecimiento de 9 por ciento hasta 2007.
Con esos índices favorables en cuanto a lo económico se redujeron en la gestión de Kirchner la desocupación, los índices de pobreza y aumentaron las exportaciones y la producción industrial.
En materia internacional buscó la unidad regional y el acercamiento con los gobiernos de Lula en Brasil y Hugo Chávez en Venezuela, con los cuales constituyó una importante alianza estratégica.
En base a ese entendimiento, los países del Mercosur rechazaron la constitución de un acuerdo de libre comercio que Estados Unidos quería imponer para todo el continente americano en la cumbre de Mar del Plata.
Los debates por la resolución 125; la Ley de Medios y la creación del Matrimonio Igualitario, tuvieron al santacruceño en la primera línea de un gobierno que buscaba profundizar algunos aspectos de su gestión.
La salud del líder del kirchnerismo se agravó en aquellos años de fragor político, y tras ser intervenido en febrero y septiembre, fallece el 27 de octubre 2010, en El Calafate, el mismo día en el que se realizaba el Censo Nacional.
Sus funerales fueron multitudinarios y la imagen de cientos de personas desfilando ante el cajón cerrado que contenía sus restos contrastaban con la imagen de un hombre temido y odiado que intentaban construir los medios concentrados de comunicación.
En medio de un gran dolor, la militancia joven del Frente para la Victoria despidió al hombre que les permitió volver a creer en la política como realización de un proyecto colectivo.