Saavedra y el Regimiento de Patricios exigieron la renuncia definitiva al virrey Cisneros, marcando el inicio de la Revolución de Mayo y sentando las bases para la creación de una nueva nación. Te contamos brevemente lo que sucedió aquella noche.
El 24 de mayo de 1810, el Cabildo aprobó la designación de una Junta de Gobierno presidida por el ex virrey Baltasar Cisneros, acompañado por los vocales Juan Nepomuceno Solá, sacerdote criollo; el comerciante José Santos Incháurregui, un vasco partidario de Martín de Álzaga, y otros dos criollos: Cornelio Saavedra y Juan José Castelli.
Los cuatro habían votado en contra de la continuidad del virrey. La junta juró ese mismo día y enseguida entró en funciones. Pero los jefes revolucionarios no estaban de acuerdo con la permanencia de Cisneros, y le pidieron a Saavedra y Castelli que renunciaran, lo que hicieron sin más tardanza. El resto de los miembros, incluido el ex virrey, también renunció.
La renuncia de Cisneros
La renuncia de Cisneros se consiguió luego de que lo visitara en su residencia una delegación de patriotas, encabezada por Saavedra y Castelli. El ex virrey no tuvo más remedio que aceptar sus exigencias.
Concretadas las renuncias, el poder regresó al Cabildo que entonces tuvo que elegir a los miembros de una nueva junta. El síndico Leiva intentó una nueva maniobra, pero sin éxito. Las autoridades del Cabildo fueron de nuevo presionadas por French y Beruti, líderes de los chisperos.
No tuvieron entonces otra salida que aceptar la nueva lista de miembros que le presentaron. Al día siguiente se formaría una junta de gobierno que quedaría en la Historia.