Hoy el barrio Ñapindá puede jactarse de contar con servicios como luz, agua potable y cloacas. Pero los residentes no se conforman con lo alcanzado hasta ahora. La calle Mandisovi, por ejemplo, está en proceso de ser mejorada, demandó 360 bolsas de cemento.
El Barrio Ñapindá, se ha convertido en un claro ejemplo de cómo la colaboración y el esfuerzo conjunto pueden dar lugar a un desarrollo significativo. Gracias a los esfuerzos de vecinas como Graciela Cejas y otros residentes, el barrio ha logrado una serie de mejoras infraestructurales que han mejorado la calidad de vida de sus habitantes.
El programa “Mita y mita”, un modelo de cooperación entre la Municipalidad y los vecinos, ha sido un factor crucial en este progreso. Como Cejas explicó, "Con este programa trabajando con la Municipalidad, en calle Mandisovi nos permite mejorar las condiciones de los vecinos, nuestra calidad de vida". Los esfuerzos de los vecinos, desde la organización de rifas y la venta de pollos hasta la colaboración en la adquisición de materiales, han tenido un impacto positivo en la comunidad.
El desarrollo del barrio Ñapindá no ha sido un camino fácil. Graciela Cejas, comentando al Boletin Municipal de Goya, recordó los inicios, cuando el barrio estaba en necesidad de servicios básicos como la apertura de calles, luz y agua. Con la ayuda de la gestión del entonces intendente Ignacio Osella y del profesor Gerardo Bassi, el barrio ha podido crecer y prosperar. "Durante los dos mandatos de Ignacio (Osella) hemos tenido un permanente acompañamiento, después vino la gestión del profesor Bassi (Gerardo), donde solicitamos los servicios de limpieza, cuneteo, esas cosas que ayudan a mantener las condiciones adecuadas en nuestro barrio", explica Cejas.
Hoy, gracias a la gestión comunitaria y el apoyo municipal, el barrio Ñapindá puede jactarse de contar con servicios como luz, agua potable y cloacas. Pero los residentes no se conforman con lo alcanzado hasta ahora. La calle Mandisovi, por ejemplo, está en el proceso de ser mejorada mediante el pavimento, gracias a la compra de 360 bolsas de cemento, un logro que la vecina Cejas atribuyó al esfuerzo colectivo de los vecinos.
Este progreso, dice, "enaltece a cada uno de nosotros". Y es que en el barrio Ñapindá, ubicado al Sureste de la ciudad de Goya, el desarrollo de la comunidad es visto como un triunfo para cada residente. Cuando el barrio crece, cada vecino se beneficia y se siente orgulloso.
PROGRAMA MITA Y MITA
La vecina, fundadora del barrio Ñapinda, contó: “Con este programa trabajando con la Municipalidad, en calle Mandisovi nos permite mejorar las condiciones de los vecinos, nuestra calidad de vida. Para la adquisición de los materiales hemos hecho distintos beneficios, rifas, pollos y otras actividades con una gran colaboración de los vecinos de “mi barrio” y de los barrios cercanos”.
UN BARRIO EN SURGIMIENTO
Cejas, más adelante reseñó: “En una reunión del Plenario nos plantearon la posibilidad de conformar la comisión del barrio, en ese momento necesitábamos apertura de calles, luz, pocas construcciones, instalar cruces de calle, agua, iniciamos entonces nuestro consejo vecinal con la ayuda del intendente (Osella). Doce años estuve al frente de la comisión barrial; en ese comienzo el intendente era Ignacio Osella. Durante los dos mandatos de Ignacio (Osella) hemos tenido un permanente acompañamiento, después vino la gestión del profesor Bassi (Gerardo), donde solicitamos los servicios de limpieza, cuneteo, esas cosas que ayudan a mantener las condiciones adecuadas en nuestro barrio”.
“Después ingresaron máquinas para la apertura de calles -agregó-, me invitaron a buscar los nombres de esas nuevas arterias. Siempre tuvimos un empuje haciendo distintas actividades para llegar a los resultados, nuestro barrio ha crecido, es un hermoso espacio, tenemos luz, agua potable, cloaca, siempre estamos gestionando obras que mejoren nuestras condiciones.
360 BOLSAS DE CEMENTO
La vecina sostuvo: “La calle Mandisovi es la que estamos concretando con el programa “Mita y Mita”. 360 bolsas de cemento adquirimos para esta calle”.
“Uno siempre quiere que todos se sumen, porque todos estos beneficios son para cada uno de nosotros que vivimos en el barrio. El esfuerzo tiene su recompensa, de allí nuestro apoyo y colaboración a nuestro actual presidente del consejo vecinal. Cuando crece el barrio, las obras enaltecen a cada vecino; hace más de 30 años que estoy radicada en Goya, me instalé en una casa precaria (rancho), hoy tengo mi vivienda de material y esto, reitero, enaltece a cada uno de nosotros…”.