Se trata de una iniciativa del intendente Mariano Hormaechea que quiere preservar la laguna que es, como todos saben, un reservorio natural que generalmente está en la órbita del PRODEGO. Esto ratifica el compromiso del intendente con el cuidado del medio ambiente.
En los últimos días se habían visto movimientos anómalos alrededor de la Laguna Matadero que hoy está prácticamente seca por la histórica sequia. Hace un par de días, la extrañeza de los vecinos se agudizó ya que aparecieron equipos de personas en camionetas inspeccionando la zona. Y más aun, cundió la preocupación cuando este viernes aparecieron las maquinarias, y empezaron hacer movimientos de suelo en el extremo Este de la laguna. Hubo especulaciones de todo tipo: había preocupación de que la laguna pudiera ser ocupada para hacer casillas, como ya sucedió con la laguna que está detrás del ex matadero municipal y que hoy se llama Francisco Primero. O que pudiera ser utilizada para fines comerciales.
Para sorpresa de los vecinos, este sábado se supo que los equipos de personas son de la Municipalidad. Al frente estaba el señor Luciano que coordinaba los desplazamientos de una retroexcavadora.
En realidad se trata de una elogiable iniciativa del intendente Mariano Hormaechea que quiere preservar la laguna que es, como todos saben, un reservorio natural que generalmente está en la órbita del PRODEGO. Esto habla de la sensibilidad y el compromiso el intendente con el cuidado del medio ambiente, que no solo se declama sino se practica en su gobierno.
La idea del jefe comunal es que se realice una limpieza general del espacio. Pero la intención no es rellenar el lugar, ni hacer desaparecer la laguna sino, por el contrario, protegerla y hacer que sea un espacio que pueda ser disfrutado por los vecinos. Ya lo había hecho el anterior intendente Ignacio Osella que propició arreglos y la colocación de bancos alrededor de la laguna.
Ahora, el intendente Hormaechea instruyó a que se hicieran los trabajos que hagan falta para que el predio de la laguna cuente con un anillo perimetral, una especie de sendero donde la gente pueda caminar por las tardes. Y también colocar nuevos bancos. Además, de proveer de nueva iluminación.
Se trata de una inversión importante de medios y recursos, pero que tiene el fin loable de preservar para futuras generaciones un patrimonio valioso como ese espejo de agua antiguo que hoy tiene el drama de la sequia. Seguramente, en el segundo semestre del año, si los pronósticos del Instituto Nacional del Agua y del propio Gustavo Gabiassi, titular del PRODEGO, se cumplen, volverán las grandes lluvias y la laguna recuperará el brillo de otros tiempos. Quiera Dios que asi sea. Igualmente, los vecinos están aliviados y agradecidos por la especial consideración del intendente hacia los barrios Matadero y Juan XXIII que comparten el privilegio de tener esa laguna donde no hace mucho pululaban las tortugas, las aves acuaticas, y andaban a sus anchas los cormoranes y hasta era el hogar nocturno de un par de carau que inundaba todo el barrio con su llanto lastimero.