Los imputados, capataz y puestero de un establecimiento rural, fueron interceptados mientras transportaban la carne oculta en una camioneta. La rápida actuación policial permitió esclarecer el hecho y secuestrar evidencias claves en el campo.
Al inspeccionar el vehículo, los agentes descubrieron que transportaba en el asiento trasero, ocultos dentro de bolsas, tres corderos recientemente faenados sin ninguna documentación ni guía que acredita su origen.
El pasado domingo por la noche, efectivos de la Policía Rural y Ecológica (PRIAR) concretaron un exitoso procedimiento. Durante un control de rutina, detuvieron la marcha de una camioneta conducida por Pedro Agustín C. (53), quien se desempeña como capataz del establecimiento "Rincón de Ánima". Al inspeccionar el vehículo, los agentes descubrieron que transportaba en el asiento trasero, ocultos dentro de bolsas, tres corderos recientemente faenados sin ninguna documentación ni guía que acredita su origen lícito.
De inmediato se procedió al secuestro preventivo del rodado, el producto cárnico y el teléfono celular del conductor. La investigación avanzó rápidamente hacia el lugar de procedencia, determinando que los animales habían sido faenados clandestinamente en un puesto del mismo establecimiento, sin conocimiento del propietario. En el lugar, la policía encontró los tres cueros con la señal correspondiente y procedió a la aprehensión del puestero, Facundo Ariel C. (25), quien resultó ser hijo del primer detenido.
Actualmente, ambos implicados quedaron a disposición de la Fiscalía Rural y Ambiental, enfrentando cargos por abigeato. Tanto la carne como los cueros fueron peritados por un veterinario oficial para sumar a la causa judicial, la cual continúa en curso dado que los investigadores presumen que no sería la primera vez que los empleados realizaron este tipo de maniobras en perjuicio del campo donde trabajaban.


















