Presbíteros, diáconos y la vida consagrada, masculina y femenina de la Diócesis de Goya se unieron en peregrinación el pasado sábado 1 de noviembre para participar del Jubileo de la Vida Consagrada. El encuentro tuvo su punto central en la solemne Misa celebrada en la Basílica de Nuestra Señora de Itatí, presidida por el Obispo de Goya, Monseñor Adolfo Canecín.
A pesar del día lluvioso, considerado un "signo de una bendición de Dios", la jornada estuvo marcada por la fe y la fraternidad. Previamente, los consagrados tuvieron un momento de oración y de reflexión, luego iniciaron una procesión, desde una escuela contigua, ingresando a la basílica por la "Puerta Santa", que fue declarada Templo Jubilar. El Obispo encabezó la marcha portando una gran cruz.
En su homilía, Monseñor Canecín exhortó a los consagrados a ser "testigos de esperanzas" en las "múltiples fronteras del mundo moderno", recordando las palabras del Papa León: "No se cansen de testimoniar la esperanza... La esperanza no defrauda" (Rm 5,5).
El Obispo animó a los presentes a reflexionar sobre su vocación y la acción de Dios en su vida, destacando el sentido de la sinodalidad y el caminar juntos: "Nos hemos puesto en camino hacia la Casa de Nuestra Madre de Itatí donde ella nos estaba esperando, para darnos a Jesús nuestra única esperanza."
Haciendo un repaso de los eventos sinodales de la Diócesis, Monseñor Canecín instó a "renovar la confianza en Dios y con los hermanos, porque, sin esa confianza no podemos caminar juntos", y les pidió tomar conciencia de su "condición de peregrinos" rezando unos por otros.
El encuentro, que finalizó con rezo del santo rosario en el camarín de la Virgen de Itatí, fue un momento agradecido por el diocesano como una instancia que "renueva la esperanza de seguir entregando nuestras vidas para el Reino de Dios".
El Obispo valoró la labor pastoral de cada consagrado, haciéndose eco de las palabras del Papa Francisco: "quiero declarar que la Iglesia necesita de ustedes".
La jornada concluyó con la invitación a "seguir rezando por nuestros sacerdotes y por toda la diócesis”. -


















