Por César López – Técnico Superior en Turismo
El 3 de agosto se celebra el día del pescador deportivo, por la creación del primer Club de Pescadores en Argentina. Su fundación se remonta al año 1903, en Palermo, Buenos Aires, con la construcción de una casilla sobre el “muelle de los franceses” que destruyó la sudestada.
La pesca deportiva es uno de los productos turísticos más poderosos de nuestro país y sobre todo, una forma de concebir el mundo en el litoral. Fue el impulsor de los orígenes de la actividad turística en Corrientes, cuando a mediados del siglo pasado comenzaron a surgir las primeras cabañas en el alto Paraná. Al principio de los tiempos, se constituyó como una elemental acción de supervivencia, luego en un signo de encuentro fraterno y hoy es puntal del desarrollo socioeconómico que brinda el turismo. Para comprender el punto inicial de esta historia, debemos trasladarnos al barrio porteño de Palermo con la fundación del Club de Pescadores, en los albores del siglo XX. Se instaló una casilla en “el muelle de los franceses”, llamado así porque era utilizado por empresas carboneras de Francia para desembarcar sus productos y traspasarlos a los trenes de la Estación Retiro. Dos años más tarde, una sudestada derribó la alegría y el entusiasmo de los aficionados por el deporte del silencio, destruyendo el muelle y la incipiente sede. Sin embargo, la pasión incontenible propia de los cultores de la pesca recreativa, forjó la recuperación de este espacio de construcción social. Actualmente es un chalet, compuesto por una arquitectura tipo castillo belga, que penetra en las aguas imponentes del Río de la Plata, sobre un muelle de unos 500 metros. En el interior de este Monumento Histórico Nacional, funciona un museo con una colección de trofeos obtenidos por la entidad, un acuario donde se exhiben las diversas especies ícticas de la zona y cuenta con un restaurant de cocina gourmet. Allí se combina el refinado gusto de la gastronomía argentina, con los paisajes y sabores que fermenta en su caudal el rio mas ancho del mundo. El Club de Pescadores recibió a personalidades como Mario Benedetti, Julio Cortázar y el “Rey del Tango” Carlos Gardel, notable socio recordado en la entrada del club con una imagen de su antiguo carnet.
Ni los vientos arrasadores del atlántico pudieron doblegar el sentimiento que aún perdura por la tradición de la pesca deportiva. Sean eternos aquellos verdaderos pescadores, vigías de nuestros atractivos turísticos naturales que ofician la liturgia de lealtad a su cultura, a la creación y su propia vida.