Este sábado a la mañana, frente a la plaza Mitre, unas diez camionetas se pusieron a vender tomate. Hicieron lo mismo que lo que los tomateros de Santa Lucia, que habían estado “rematando” su producción en la Rotonda de acceso a Goya.
Esta vez, fue en la calle Belgrano, justo frente al Correo y a pocos metros de la Catedral.. Los productores eran de Goya, provenían de Paraje El Porvenir y Zorzalito, entre otros lugares.
Era una mañana soleada, invernal. Y llegaron desde el campo, muy temprano, con el frio. Y durante toda la mañana, estuvieron esperando la visita de la gente. Y la gente se acercó y se llevó los tomates que quiso a un bajísimo precio. Se vio a gente llevando cajones completos. Otros llevaban varios kilos.
Los productores no le pusieron precio al tomate. Aceptaban lo que la gente les ofrecia. Es que los precios del tomate se han derrumbado. Y les conviene venir a la ciudad a deshacerse de sus productos al precio que les quieran pagar. La diferencia es que estos productores pusieron en la calle, este sábado, tomates de altísima calidad. Grandes y rojos. En las verdulerías, los precios dependen de la calidad, se pueden encontrar ofertas de 3 kilos por 100 pesos. Y si es de mediana calidad, se puede comprar a 40 pesos.
De acuerdo a lo que se pudo observar, hubo buenas ventas. Se beneficiaron del intenso movimiento que genera la presencia de la Feria Franca.
Esos campesinos, de pelo rubio y tez blanca, manifestaban su satisfacción por tener algunas ventas, al menos, para no desperdiciar sus tomates y obtener algunos dineros para su economía familiar. Hubo, incluso, turistas que se interesaron por las ofertas y se llevaron unos buenos kilos de hermosos tomates rojos. En la plaza Mitre había varias personas sentadas, y con su bolsita de tomates, testimoniando que nadie se quiso perder esta oportunidad de llevarse un tomate bueno y a precio de remate.
Fueron más de diez camionetas que estuvieron hasta pasadas horas del mediodía. Aprovechando esta mañana invernal, con un viento proveniente del Norte, que presagia un cambio de tiempo.
“Nos invitaron otros productores y decidimos venir aquí, algo se vende”, comentó uno de los agricultores, montado en su camioneta.