El señor Rolando, miembro activo de Alcohólicos Anónimos (A.A). comentó que pronto recibirán la visita de "custodios". Los Custodios tiene un solo propósito, el de servir a la Comunidad de Alcohólicos Anónimos.
Los Custodios de Alcohólicos Anónimos se ocupan de todo lo que sucede dentro y fuera de A.A. que pueda afectar el bienestar y el desarrollo del movimiento. A nivel internacional, los Custodios son los principales planificadores de la política y finanzas generales. Tienen supervisión directa de las entidades de servicio constantemente activas e incorporadas separadamente, y ejercen esta función por medio de su facultad para elegir a todos los directores de aquellas entidades.
En declaraciones al programa "panorama Local" Primera Edición, don Rolando, contó que "vino un custodio regional que maneja Chaco, Corrientes, Formosa, Misiones, y también vinieron de la oficina de Servicios Generales que son los que dan información para todos, información pública y miembros de Finanzas. Uno es de Bahía Blanca y otro de Buenos Aires".
"Hay varias cositas que tenemos que hacer como entidad, dar mas información de AA, más movimiento y necesitamos la colaboración de los medios", explicó.
ALCOHOLICOS ANONIMOS
El nacimiento de A.A. y su desarrollo en los E.E.U.U. y Canadá
A.A. tuvo su comienzo en 1935, en Akron, Ohio, como resultado del encuentro de Bill W., un agente de Bolsa de Nueva York, y el Dr. Bob S., un cirujano de Akron. Ambos habían sido alcohólicos desahuciados.
Antes de conocerse, Bill y el Dr. Bob habían tenido contacto con el Grupo Oxford, una sociedad compuesta en su mayor parte por gente no-alcohólica, que recalcaba la aplicación de valores espirituales universales a la vida diaria. En aquella época, los Grupos Oxford de América estaban dirigidos por un renombrado clérigo episcopaliano, el Dr. Samuel Shoemaker.
Bajo esta influencia espiritual, y con la ayuda de su viejo amigo, Ebby T., Bill había logrado su sobriedad y había mantenido su recuperación trabajando con otros alcohólicos, a pesar del hecho de que ninguno de sus candidatos se había recuperado. Mientras tanto, el ser miembro del Grupo Oxford de Akron no le había dado al Dr. Bob la suficiente ayuda como para lograr su sobriedad.
Cuando por fin el Dr. Bob y Bill se conocieron, el encuentro produjo en el Dr. Bob un efecto inmediato. Esa vez, se encontraba cara a cara con un compañero alcohólico que había logrado dejar de beber. Bill recalcaba que el alcoholismo era una enfermedad de la mente, de las emociones y del cuerpo. Este importantísimo hecho se lo había comunicado el Dr. William D. Silkworth, del Hospital Towns de Nueva York, institución en la que Bill había ingresado varias veces como paciente. Aunque era médico, el Dr. Bob no había reconocido que el alcoholismo era una enfermedad. Bob acabó convencido por las ideas contundentes de Bill y pronto logró su sobriedad y nunca volvió a beber.