El equipo económico confía en que ya es un hecho que llegará el nuevo desembolso del Fondo Monetario al Tesoro. El debate es qué hacer con ese dinero.
El Gobierno trabaja fuertemente para lograr el desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) en un contexto complejo para las reservas del Banco Central (BCRA) y la economía en general. Desde el ministerio que encabeza Sergio Massa ya ven como un hecho que llegará el adelanto y, ahora, todos hablan en el mercado sobre cómo se usarán esos fondos. Hoy los factores más influyentes son el pago al Fondo que está previsto para en julio, una cancelación de cupones de deuda de los bonos Globales y la presión sobre la brecha cambiaria, que juega en contra.
Según se supo esos fondos irían destinados al Tesoro y no el Banco Central. Ese sería uno de los puntos del acuerdo y otro de los temas que se debate en la negociación que lleva adelante el equipo con el FMI es la posibilidad de usar parte de los mismos para intervenir en el mercado de cambios, de cara a un contexto electoral en el que se teme que se pueda volver a dar una nueva corrida cambiaria, tal como sucedió hace pocos días, pero incluso más acentuada, al estilo de lo que se vio en 2019, luego de las elecciones primarias (PASO).
El Gobierno necesita ajustar qué parte de ese dinero usaría con ese fin y están negociando ese porcentaje con el organismo que dirige Kristalina Georgieva. Y es que, tal como indica a Ámbito el economista de la Universidad de Avellaneda Pablo Ferrari, "ante la escasez de dólares, con los ingresos de distintas fuentes que se generen, el Gobierno deberá administrar qué importaciones son las más relevantes para sostener el impulso del producto, en primer lugar, e intervenir en el mercado cambiario para evitar posibles desestabilizaciones cambiarias, por otra lado".
Viene el vencimiento con el FMI
En ese sentido, a la hora de fijar prioridades, el economista de EcoGo Lucio Garay Méndez indica que, si bien falta para el 20 y 21 de junio, que es la próxima fecha de pago al FMI, y el gobierno debe resguardar dólares para ese fin, en un contexto en el que todo indica que "este período de stand-by que corre mientras suceden los cambios políticos se esta llevando puestos los dólares del Central, que, en las últimas semanas, aceleró su intervención mercado de los paralelos".
Desde EcoGo, calculan que, debido a esa situación, las reservas netas se redujeron debajo de los u$s1.300 millones. Y, ante esa situación, Garay Méndez advierte que “es una incógnita qué destino van a tener realmente esos fondos”, ya que, por un lado, el Gobierno los necesita para pagarle al propio Fondo, pero, al mismo tiempo, los pocos dólares que hay se están yendo para pagar importaciones, aunque muchas menos que el año pasado, y para controlar la brecha cambiaria, por lo que se necesitan divisas para apuntalar esos frentes.
Respecto a este último aspecto, Ferrari considera que "el problema no es el Gobierno que aplica una política defensiva ante desestabilizaciones, sino, los sectores concentrados que intentan forzar una devaluación para obtener una ganancia financiera", ya que, de esa manera se retroalimenta el proceso inflacionario.
Así, según su visión, la administración cambiaria no debería considerarse un defecto transitorio no deseado, sino un atributo virtuoso permanente y fundamental de la política económica para un país como Argentina. Ese sería un punto fundamental a debatir con el FMI, que limita la posibilidad de intervención cambiaria en el acuerdo.