Boca está en las semifinales de la Copa Libertadores. Y como no podía ser de otra manera, lo hizo con la que viene siendo su arma mortal en el último tiempo: sus arqueros ataja-penales. Antes Agustín Rossi, hoy Sergio Romero, quien tapó dos de los remates de Racing en la tanda decisiva, luego de que el 0-0 se mantenga durante 180 minutos.
Los pateadores del Xeneize acompañaron nuevamente a los atajadas de Chiquito, convirtiendo sus 4 penales, para dejar a los de Almirón en semis frente al poderoso Palmeiras.
A diferencia de lo que había sucedido en la ida, esta vez Racing fue superior en los 90 minutos. Al menos lo fue con claridad en el primer tiempo, donde el esquema 5-3-2 de Boca hizo agua por las bandas.
Si Maximiliano Romero hubiera estado más fino en la definición, la Academia podría haberse ido en ventaja al descanso.
Luego, Almirón modificó la formación para la segunda parte (4-3-3 con Weigandt y Advíncula al mismo tiempo) y el partido entró en una paridad que no soltó hasta el pitazo final. Racing, con la pelota pero sin ideas, y Boca, sin demasiadas aspiraciones de ir a buscar la victoria.
Fue tiempo de penales. Otra vez. Zeballos, Janson, Cavani y Rojo no fallaron. Romero, tampoco. Chiquito contuvo los remates de Piovi y Sigali, para dejar a Boca en una nueva semifinal de Libertadores. A tres partidos de la tan ansiada séptima, pero con todavía escollos enormes por sortear. Ajenos, pero también de los propios.