La bailarina que, sin dudas, tiene su página en la historia de la danza clásica; llegó a la Feria del Libro donde aportó su talento. Mostró algunas técnicas de danzas y compartió sus experiencias.
Este jueves a la noche, en la víspera de la finalización oficial de la Feria del Libro, la Municipalidad de Goya presentó a la reconocida bailarina clásica Eleonora Cassano.
En el 2012, decidió retirarse y desde entonces no tiene inconvenientes en hacer docencia en cuanto teatro, estudio o evento la requiera. Y justamente el jueves se subió al escenario “Carlos Gómez Muñoz” del multiespacios “Antonio Villarreal”.
Eleonora Cassano fue entrevistada el escenario por Carolina Salas, quien también es profesora de Danzas y comunicadora social. Contó sus inicios en la danza, relató sus experiencias en su extensa carrera nacional e internacional. Respondió preguntas de jóvenes bailarines y dio consejos técnicos a bailarines. Eleonora Cassano bailó magistralmente el chamamé al ritmo de “Kilómetro 11”. Recibió una aclamación. Tras su presentación, el intendente Mariano Hormaechea, y la Secretaria de Educación, Sonia Espina le hicieron entrega de una serie de obsequios, agradeciendo su presencia y participación en la Feria del Libro.
LOS PRINCIPIANTES
Cassano, en primer lugar, habló sobre el rol de los padres en la iniciación de los niños y jóvenes en el mundo de la danza. Y dijo: “El Teatro Colon tiene una buena formación. Pero no es el único. En nuestro país hay mucho talento y lo vemos en los excelentísimos bailarines que hoy están como primeros bailarines en todo el mundo. El talento está. Falta reforzar con una buena escuela. Si, es cierto: el ballet no es para todo el mundo. Tenes que tener determinadas condiciones naturales, sino vas a estar luchando contra la corriente toda la vida. Hay un punto hasta donde se puede avanzar. Porque tampoco se puede solo con condiciones naturales, como el tener determinada abertura o rotación. Si no podes levantar la pierna a más de 45 grados es difícil lograr una extensión de 180 grados. Por ejemplo, yo no tenía empeine, cuando empecé a bailar. Pero soy cabeza dura y trabajadora. Lo que hacía era darle y poner los pies debajo del piano. Un montón de cosas se pueden trabajar. Hay que tener buen oído con la música, trabajar con la música, el sentimiento. Pero lo que tienen que pensar es que uno ve todo lejano. Yo en mi vida jamás imaginé lo que me tocó vivir y lo que me regaló la vida de viajar por el mundo y bailar con los mejores del mundo. Ustedes en Goya sienten que están lejanos pero no tienen que pensar que nada es posible”.
“Es fundamental el apoyo de los padres. Yo lo tenía, por suerte. Mi mamá me acompañaba todos los días al Colón, a las siete y media iba en colectivo y ya estaba en las clases con rodete hecho y todo así durante diez años. Es decir vas aprendiendo muchas cosas. La formación en el Teatro Colón es muy buena. Aprendí francés, música; arte, escenario, preparación física, danzas eslavas, jazz. No es fácil. Por eso siempre aclaro que los que quieran hacer lo han de hacer desde el gusto profundo, deben hacerlo desde el corazón porque si no no sirve tanto trabajo. Mucha gente, cuando va a la Facultad, tiene la cosa de que el padre fue médico y entonces el hijo tiene que serlo y terminan de hacer una carrera y no termina ejerciendo porque no es lo que a ellos les gusta. Con el ballet, lo mismo. De diez mamás que conozco, tres me dicen esto y la que tiene que querer bailar es la hija, no la mama. Si quieren bailar, las mamas lo pueden hacer. Nunca es tarde, es así, a veces es una frustración de las mamas. Ellas no se tienen que perder las ganas de probar”.
“Mi vida es larga para contar. La primera vez que estuve en el escenario tenía nueve años. Totalmente inconsciente en el escenario del Teatro Colon. Y para mi era un juego y era totalmente normal lo que no era”, dijo.
EL BALLET Y LA VIDA
“No hay que olvidarse de vivir. El ballet está arriba del escenario, soy relajada, cuando bajas del escenario sos una persona normal, Soy madre y esposa, y ama de casa, me olvido de todo lo que hice, comí en castillos, viajaba con reyes, viajaba en limusinas, todo eso me lo regaló la vida, tal vez un poquito me lo gané con trabajo pero también tuve suerte. Mi realidad es una vida normal, es hacer las compras, ir a cocinar, es ir al teatro”-
POPULARIZAR EL BALLET
“Lo que logramos con Julio Bocca fue permitir que todo el mundo disfrute con el ballet. Antes era para un grupo más cerrado. Y lo que logramos, con música más conocidas para el público, fue hacer más popular el ballet. Esto al principio era criticado por otros bailarines pero luego los incluimos en la movida”.
“La intención es que todo el mundo pueda disfrutar del ballet, aun sin entender, porque la gente muchas veces se asusta y dice “al ballet clásico no entiendo”. Pero hay que darse el permiso y fijarse si uno lo disfruta o no. Si no disfrutas no vayas”, dijo en una parte de la extensa charla, en la que mantuvo una interesante y fluida interrelación con integrantes del público, muchos de ellos jóvenes.