El docente Leo Ramos dio su testimonio de su estadia en el hospital de Campaña. "Vi cosas que me impactaron mucho", relató.
Y comentó que "A mi me ha tocado ver muchachos de 200 kilos que ingresaron un rato y ya pasaron a intubación. Es muy duro, muy serio y se tiene que saber por mas cruda que sea la realidad y se tome conciencia, especialmente entre los jóvenes que por ahí veo".
Relató el docente: "Surgió una cirugia por la cual tuvimos que ir a Corrientes con mi hijo. que contrae el Covid en una clínica en Corrientes. Esa noche lo cuidé yo. A la semana debíamos volver a Corrientes a control, se vuelve a hacer el hisopado para poder entrar a la clínica y mi hijo da positivo. Ese mismo día, una hora antes compartí el vaso con mi hijo. Y de ahí se desató toda la odisea. a los dos días empecé con dolores fuertes de espalda. Yo no tuve fiebre. No tuve dolor de cabeza. Pero sí tuve fuerte dolor de espalda. Pérdida de los sabores, no del gusto. Porque uno identifica el salado o dulce pero otros sabores, no. Tampoco el olfato".
"En el Hospital de Goya se manejaron muy bien conmigo porque yo no quería ir al Hospital de Campaña porque por ahí tenemos un concepto erróneo. Me hicieron una tomografía y ya tenía neumonía entonces no dudaron y me subieron a la ambulancia y de ahí sin escalas a Corrientes. Allá cumplí todo al pie de la letra", destacó.
COSAS FEAS Y LINDAS
"Vi cosas que me impactaron mucho, como estar en un pabellón con 30 o 40 enfermos y se ve de todo. Cosas que por ahí que no viene al caso contar, pero la atención del Hospital de Campaña es excelente. Más allá de que uno llega petrificado por el miedo de cómo estas entrando y si salis porque el cuadro se te puede complicar o no. Pero es un tema importante que se tiene que hablar y difundir porque por ahi hay jovenes que se están manejando mal", dijo.
"Del hospital de Campaña traigo cosas lindas y cosas feas, prefiero compartir las cosas lindas. Porque tenemos que aprender de todo esto. Pero algo que tengo que rescatar de todo esto es el acompañamiento médico, porque alla´los médicos y enfermeros se preocupan mucho para que uno viva. Y a veces, por honor a ellos tenes que hacer un esfuerzo. También tenes que destacar el acompañamiento de la gente mediante la cual no me sentí solo jamas. Jamás me sentí solo. Toda mi familia estuvo conmigo, toda la gente de Goya estuvo orando con sus buenas intenciones y todo llega y suma, es esa medicina extra que te levanta por más que uno no quiera", indicó.
"Uno tiene miedo de no volver a ver a tu familia. Uno siempre estuvo con el miedo, cada vez que me median la saturación. Yo soy asmático e hipertenso. Era algo bastante incómodo. Uno trata de aferrarse espiritualmente a todo. Para que uno anímicamente responda mejor a los medicamentos. Allá se duerme poco, porque te están asistiendo todo el tiempo controlandote el azucar en sangre, la presión, la temperatura, si tenes o no tenes fiebre. Si estas con palpitaciones, si te subió la presión, si tu ritmo cardíaco subió demasiado. Si tu saturación está bien. A mi me ha tocado ver muchachos de 200 kilos que ingresaron un rato y ya pasaron a intubación. Es muy duro, muy serio y se tiene que saber por mas cruda que sea la realidad y se tome conciencia, especialmente entre los jóvenes que por ahí veo", comentó.
"Allá todo el tiempo te manijean, hay un patio muy grande donde uno tiene que salir a hacer sus ejercicios respiratorios porque allá tenes un equipo de enfermeros, kinesiólogos, y médicos que están constantemente trabajando. Se usa mucho la jerga estoy bandeado, porque vienen dos dias sin dormir", dijo Leo Ramos a Goya Visión.